La completa eliminación de la huella de carbono en el ciclo de fabricación del cemento en 2050 ha congregado a más de un centenar de especialistas y profesionales en la jornada técnica organizada por la Fundación CEMA en colaboración con Ciment Català y el Departament de Territori, Habitatge i Transició Ecològica de la Generalitat de Catalunya, sobre descarbonización del sector en Cataluña. Los cuatro grupos cementeros que operan en el territorio han incrementado notablemente sus inversiones en instalaciones y tecnología para la reducción de emisiones de CO2. El sector ha invertido 25 millones de euros en la reducción de emisiones de CO2 durante los últimos 4 años. No obstante, en los próximos años, y con el objetivo de conseguir la neutralidad climática en 2050, se estiman que serán necesarias inversiones cercanas, o incluso superiores, a los 800 millones de euros.
Los directores de las fábricas han presentado las estrategias que seguirán para lograr este ambicioso objetivo. Ha expuesto sus proyectos Juan Carlos Sánchez – Alcanar (Cemex España), Joan Carles Izquierdo- Santa Margarida i elsMonjos (Grupo Cementos Portland Valderrivas), Xavier Valero – Sant Vicenç dels Horts (Molins) y Vicente Pedro- Montcada i Reixac (Holcim España).
Existen múltiples vías para reducir las emisiones de CO2, y cada empresa ha diseñado diversas políticas de actuación. La valorización material y energética durante la fabricación de clínker (el producto base para producir cemento, cuyo proceso concentra la mayoría de las emisiones);la utilización de hidrógeno verde como combustible; la optimización de la eficiencia energética mediante la aplicación de sistemas de gestión de la energía; el desarrollo de cementos bajos en carbono; la electrificación del transporte dentro de las fábricas y en las expediciones de cemento al mercado; y, a futuro, el desarrollo de las tecnologías de captura y almacenamiento de CO2 se han convertido en las principales palancas para la descarbonización.
«Podemos debatir sobre cuál es la mejor estrategia, que dependerá del contexto de cada empresa», ha afirmado Dimas Vallina, director gerente de Fundación CEMA, entidad organizadora de la Jornada junto al Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica de la Generalitat. «Pero lo que está claro es el compromiso inequívoco de la industria cementera catalana con la neutralidad climática a 2050. Un compromiso compartido tanto por las empresas como por los dos sindicatos mayoritarios del sector, UGT FICA y CCOO del Hábitat», ha manifestado a modo de resumen de las ponencias presentadas.
La neutralidad climática no sólo es una iniciativa avalada por sindicatos y patronal, sino que figura como exigencia tanto en la normativa promulgada por la Unión Europea como en la Hoja de Ruta de la Industria Cementera, que ha presentado Ciment Català, la patronal del sector.
Soluciones para afrontar la transición ecológica
Las fábricas cemento son altamente emisoras de CO2 a la atmosfera. Aproximadamente el 65% de estas emisiones se producen durante el proceso de descarbonatación de la piedra caliza. Son las denominadas ‘emisiones de proceso’ o ‘emisiones difíciles de abatir’, generadas por una reacción química y cuya mitigación no es posible con las tecnologías disponibles actualmente. De hecho, la industria cementera representa el 41% del total de las emisiones de proceso en España.
A la hora de afrontar los retos de la transición ecológica, los directores de las fábricas de cemento han recordado que los proyectos que se van a implementar en sus centros productivos incluyen el abandono de los combustibles fósiles y el uso de materias primas alternativas descarbonatadas. También coinciden en el compromiso por el consumo de energía eléctrica renovable y la optimización de la eficiencia energética.
El impulso de tecnologías CAUC (‘Captura, Almacenamiento y Uso de Carbono’) para emisiones de difícil abatimiento aparece con la nueva gran apuesta del sector. El consumo de hidrógeno y biogás para la generación de energía térmica y el diseño y fabricación de nuevos cementos (con menor contenido en clínker) y nuevos hormigones ayudarán, asimismo, a mitigar las emisiones de carbono. Por último, la sustitución de vehículos de combustión por transportes neutros en CO2 tanto para el aprovisionamiento desde las canteras como para la expedición del producto final a clientes, el uso más eficiente del hormigón en la construcción y la innovación en nuevas adiciones para el cemento completan el catálogo de las actuaciones para alcanzar la neutralidad climática.
Un compromiso de todos
El acto ha contado con la intervención de Sonsoles Letang Jiménez de Anta, directora general de Cambio Climático y Calidad Ambiental de la Generalitat. Letang ha insistido en la necesidad de incorporar tecnologías con el mejor rendimiento ambiental posible, que sean técnica y económicamente viables para el sector, mejorar la eficiencia energética y avanzar hacia un modelo de producción compatible con los objetivos de neutralidad climática y circularidad de la Unión Europea. Y ha ofrecido el apoyo de la administración catalana ante este gigantesco reto de la industria.
La condición de compromiso global ha sido puesta de manifiesto en las intervenciones de los representantes sindicales José Javier Yáñez, delegado de medio ambiente de CCOO del Hábitat, y Felipe Borlado, coordinador estatal del sector cementero de UGT FICA. También la patronal, Ciment Català, a través de su director Albert Avellaneda, ha recordado que «sólo con la colaboración de todos» podrán llevarse a buen término las estrategias presentadas, y ha aprovechado la participación de la representante del gobierno catalán para recabar su apoyo «tanto en la tramitación de los permisos necesarios para acometer la descarbonización como para la financiación de los proyectos».
Todos los participantes han concluido que las tecnologías de captura, almacenamiento y uso del carbono (CAUC) son la única alternativa para mitigar las emisiones de proceso y que sin su implementación es imposible que el sector cementero, y otras industrias con este tipo de emisiones, alcance la neutralidad climática en 2050.