El pasado 28 de enero, coincidiendo con la actividad programada del verificador, técnicos del Servicio de Cambio Climático y Educación Ambiental, de la Dirección General de Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, visitaron la fábrica de Cemex en Morata de Jalón. El objeto de la visita fue el realizar la inspección in situ sobre la verificación de gases de efecto invernadero de 2015, realizada en planta por una entidad externa acreditada por ENAC, y así comprobar que cumple con los reglamentos y normativa que regula el régimen europeo de derechos de emisión de CO2.
Como resultado de esta verificación externa se obtiene el informe verificado sobre las emisiones de CO2 del año 2015, que se ajusta a lo exigido en la autorización y plan de seguimiento de la planta de Morata, otorgada por el INAGA.
Esta inspección se enmarca dentro del Plan Anual de Inspección de la Dirección General de Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, competente en materia de control e inspección ambiental, quien las realiza en todas las instalaciones industriales aragonesas (sujetas a la normativa de derechos de emisión) para comprobar que las verificaciones externas efectuadas en el territorio aragonés cumplen con todos los condicionantes de los reglamentos de la UE.
En el caso concreto de la Planta de Morata, la empresa externa que lleva a cabo la verificación de gases de efecto invernadero es AENOR y lleva haciéndolo desde el año 2005.
A lo largo de la jornada de verificación de AENOR, los técnicos del Gobierno de Aragón junto con el director de Operaciones de Cemex en Aragón, Alfonso Conde, y los responsables de producción y mantenimiento, visitaron las instalaciones de la fábrica y pudieron conocer de primera mano el proceso industrial de fabricación del cemento.
La planta de Morata, como todas las instalaciones del grupo Cemex, está fuertemente comprometida con la reducción del impacto de su producción en el entorno. Desde el año 2008, y como consecuencia de la introducción de los combustibles alternativos (mayoritariamente biomasa) en sustitución de los combustibles fósiles tradicionales para el calentamiento de sus hornos, se han dejado de emitir más de 458.270 toneladas de CO2, lo que equivaldría a las que producirían unos 152.757 coches circulando una media de 15.000 kilómetros en un año.
En 2015, el porcentaje de sustitución de combustibles fósiles por combustibles alternativos (mayoritariamente biomasa) fue cercano al 60%, una práctica que ha ido aumentando año a año debido a que es la forma más eficiente de reducir las emisiones globales de CO2 y que según los expertos no produce impactos añadidos a la del uso de combustibles fósiles.