Las bases tratadas con cemento son sin duda la mejor alternativa en cuanto a capacidad estructural y prestaciones por las ventajas que aportan al firme. Se obtiene una elevada capacidad estructural del firme por un reducido coste.
Bajo la acción de las cargas de los vehículos pesados, las bases tratadas con cemento trabajan a flexión, como una losa, disminuyendo y uniformizando muy apreciablemente las tensiones y deflexiones que originan dichas cargas.
Por lo tanto, los esfuerzos y deformaciones que se producen en la explanada y, en su caso, en las capas inferiores del firme, son también muy reducidos. Como consecuencia, el empleo de bases tratadas con cemento permite reducir los espesores del firme o aumentar su vida de servicio, lo que les hace muy interesantes desde los puntos de vista técnico y económico.
A lo largo de los últimos 50 años se han construido miles de kilómetros de firmes con bases tratadas con cemento en España. Sumando los kilómetros construidos en la Red de Carreteras del Estado y en las Autonómicas se supera ampliamente los 15.000 km de calzada con bases tratadas con cemento (suelocemento y gravacemento).
Su empleo abarca todo tipo de viales, como autopistas, autovías, circunvalaciones y carreteras, incluyendo las carreteras secundarias y vías de baja intensidad de tráfico.
Además, su aplicación se ha ampliado a otros campos como urbanizaciones, polígonos industriales, puertos o aeropuertos.
Los más de 150 millones de metros cuadrados de calzada construidos con bases tratadas con cemento realizados en toda España dan una idea de la importancia y del valor que aportan este tipo de firmes.