La Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESA), en colaboración con el Departamento de Sanidad y Consumo del Gobierno Vasco, organizó el XI Congreso Español y II Iberoamericano de Salud Ambiental, que se celebró en Bilbao del 26 al 28 de octubre con el lema `Evaluación del Impacto Ambiental en la Salud´. En él participó la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente, Fundación Cema, que fue además unos de sus patrocinadores. Las conclusiones que se alcanzaron en el evento son coincidentes a la hora de apuntar que el uso de combustibles derivados de residuos no modifica las emisiones de las fábricas, ni implican riesgos adicionales para la población del entorno.
La Fundación estuvo presente en este Congreso con un `stand´ y presentó tres comunicaciones relacionadas con el sector cementero. Por un lado, una sobre `Valorización energética de residuos en fábricas de cemento y salud ambiental´, que fue presentada en formato póster. Otra con el título `Evaluación de los potenciales riesgos para la salud humana en las proximidades a plantas cementeras. Exposición a dioxinas, furanos y metales´, comunicación oral que corrió a cargo de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Y por último, la comunicación también oral `Estudio sobre las emisiones de las plantas cementeras y su posible efecto sobre el medio ambiente y la salud en su entorno´, que desarrolló URS España.
La presencia de la Fundación Cema en este Congreso pretendió dar a conocer la valorización de residuos en plantas de fabricación de cemento como un tratamiento seguro desde el punto de vista de la salud ambiental y respetuoso con el entorno, como lo corroboran estudios independientes de organismos nacionales e internacionales de prestigio como la Agencia de Protección Ambiental Americana (EPA); el Comité Consultivo sobre Efectos Médicos de Contaminantes para la Salud de Reino Unido; la Universidad de Dalhouisie de Canadá; el Centro de Investigaciones Energéticas y Medioambientales, Ciemat, (que ha realizado un estudio en colaboración con el CSIC); la Universidad de Alicante; o la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, entre otras.
Para el director gerente de la Fundación Cema, Dimas Vallina, los hornos de cemento son instalaciones “especialmente indicadas para utilizar residuos como combustibles”. La presencia de minerales entre 1000 ºC y 1.450 °C aporta estabilidad a la combustión y, entre estos minerales, la cal, constituye un sistema de filtrado de los gases en si mismo. “Por cada kilo de residuo tratado puede haber de 90 a 180 kilos de minerales pulverizados en contacto con los gases de combustión, que funcionan como un sistema de limpieza mucho mayor y más eficaz que el de otras instalaciones de combustión”, explica Vallina.
Los residuos que se utilizan en las fábricas son aquellos que no se pueden reutilizar ni reciclar, y que actualmente se están depositando en vertedero, con el consiguiente desperdicio material y energético, además de ser una fuente constante de problemas medioambientales y de salud pública. Para Vallina “los vertederos son los causantes del 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero, además de provocar otra serie de impactos medioambientales: olores, impacto visual, potencial contaminación del suelo y aguas subterráneas”.