Reducir al mínimo el impacto ambiental del sector cementero aprovechando las mejores tecnologías disponibles. Éste el objetivo fundamental del 2º Acuerdo Voluntario para la Prevención y el Control de la Contaminación de la Industria Catalana del Cemento, que han suscrito el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, y el presidente de Ciment Català, Ángel Cercós. En una coyuntura especialmente delicada para las empresas, el sector asumirá nuevos esfuerzos con el convenio, que destaca por la introducción de límites más exigentes en la emisión de partículas, NOx, SO2 y otros compuestos derivados de la actividad industrial.
En este sentido, el acuerdo también contribuirá a la meta de reducir la contaminación mediante la utilización de combustibles alternativos en hornos de cemento. Está previsto que la sustitución de combustibles fósiles por otros procedentes de residuos alcance el 20% en 2012 y el 40% en 2015. Gracias a la valorización energética de residuos en cementeras de Cataluña se evitaron emisiones de CO2 equivalentes a las de 40.000 coches durante un año.
Si el primer acuerdo medioambiental del sector con la Generalitat se tradujo en una inversión de 109 millones de euros en mejoras entre 2002 y 2010, el segundo servirá para profundizar en la línea de modernización continua y de responsabilidad social que se ha marcado la industria, pese a la adversa situación que sufre, con una caída del consumo de más del 70% desde 2007.