El consumo de cemento ha arrancado el año con un crecimiento en enero del 5,4 %, lo que lo sitúa, en valores absolutos, en 1.066.959 toneladas, 54.924 más que en el mismo mes de 2022, según recogen los últimos datos publicados en la Estadística del Cemento.
“Esperábamos valores más bajos en este inicio del año, pero ha sido un mes especialmente seco en el que el clima puede haber permitido recuperar parte del consumo perdido en diciembre por las fuertes lluvias. Ha influido también el efecto calendario, por la ausencia de festivos. De hecho, el consumo medio diario ha tenido un crecimiento prácticamente plano del 0,4%”, indica Aniceto Zaragoza, director general de Oficemen.
En datos acumulados de año móvil (feb’22-ene’23), se mantiene una caída del 1,6%, con un total de 14.961.015 toneladas de cemento consumidas en nuestro país durante los últimos 12 meses.
El consumo de cemento cerró 2022 con una caída del 0,8%
En 2022, el consumo de cemento cayó un 0,8%, lo que lo sitúa, en valores absolutos, en 14.911.448 toneladas, 120.057 t menos que en 2021. No obstante, este dato es el segundo más elevado de la última década y aún permite mantener los volúmenes de consumo en el entorno de los 15 millones de toneladas. Estos y otros datos se presentaron en una rueda de prensa celebrada el pasado 3 de febrero, en la que presidente de Oficemen, José Manuel Cascajero, hizo balance al ejercicio.
«2022 ha sido un año atípico y complejo. La invasión de Ucrania trajo consigo una fuerte incertidumbre económica a escala internacional acompañada de un crecimiento acelerado de los costes energéticos y la inflación, variables ambas que han marcado la evolución del ejercicio. A pesar de los excelentes resultados del arranque y la expectativa de convertirse en el año de la recuperación, finalmente las caídas de consumo encadenadas desde el mes de mayo nos han dejado con un volumen de consumo plano, muy similar al de 2021”, explicaba el presidente de Oficemen, José Manuel Cascajero.
Perspectivas de consumo para 2023
«Confiamos en que a lo largo del año se aprecie una ligera recuperación, impulsada por la llegada de los fondos del Plan de Resiliencia cuyo impacto aún no se está notando”, añadió Cascajero. En este contexto, el departamento de estudios de Oficemen baraja una horquilla de entre un 0% y un -3% para la evolución del consumo en España en 2023. Finalizar el año en uno u otro extremo de esta horquilla dependerá de la evolución macroeconómica en lo referido a los tipos de interés, la inflación, los costes energéticos, la llegada de los fondos europeos y, sobre todo, de la ejecución real de la obra pública.
La ejecución real de obra pública es clave
La reactivación de la obra pública tras la pandemia y la llegada de los primeros fondos europeos situaron la licitación pública en su nivel más elevado desde la anterior crisis. En 2022, entre la administración central, comunidades autónomas y ayuntamientos, se licitaron proyectos por 30.074 millones de euros, un 27,9% más que en el ejercicio anterior. La cifra es además la mayor desde el año 2010. “Sin embargo, de acuerdo con las cifras presentadas en los Presupuestos Generales del Estado 2023 la previsión de inversión ejecutada en 2022 de las empresas públicas como (ADIF, Puertos, etc.) no ha alcanzado el 60%”, matizó el presidente de Oficemen.
Por lo que respecta a la vivienda, los últimos datos sobre visados de obra nueva del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) correspondientes al mes de noviembre muestran un crecimiento del 3,5% en el año móvil (dic’21-nov’22), alcanzando las 109.904 unidades. No obstante, el sector inmobiliario encara un año 2023 con bastante incertidumbre motivada por la subida de los tipos de interés y el encarecimiento de la vivienda, que hará que descienda la demanda.
Competitividad de la industria cementera española
Las exportaciones han crecido un 10,3% en enero, hasta alcanzar las 428.117 t, impulsadas por el crecimiento del cemento, ya que las ventas en el exterior de clínker han caído un 15,7%. En datos de año móvil, las exportaciones se mantienen en la franja negativa, con una caída del 15% en los últimos 12 meses.
En cuanto a los datos del año anterior, las exportaciones de cemento y clínker cayeron un 16,8% en 2022. En valores absolutos, el pasado año se exportaron 5.619.052 t, lo que supone una pérdida de 1.133.968 t respecto a 2021. Por su parte, las importaciones también registraron una caída del 5,4%, llegando a los 1.353.137 t, 77.468t menos que en 2021.
“Para la industria del cemento española las exportaciones suponen una parte muy importante de la producción por lo que es fundamental que contemos con las mismas condiciones que nuestros competidores. No olvidemos que somos el segundo exportador de cemento de Europa después de Alemania”, añadió Cascajero.
“Desde 2019, el coste de la energía eléctrica se ha multiplicado por cuatro y los de la energía térmica y los derechos de emisión de CO2 se han triplicado. Y todos ellos inciden en gran medida en nuestros costes variables de producción y, como consecuencia, en nuestra competitividad. Somos una industria comprometida, que genera empleo local de calidad y que fabrica con altos estándares de sostenibilidad social y medioambiental”, explicó el presidente de Oficemen.
En este sentido, desde Oficemen se valoran muy positivamente las medidas adoptadas por el Gobierno en materia energética, aunque consideran que aún hay que seguir trabajando para que la industria española disponga de un precio estable y predecible como ocurre en países vecinos. “La industria española necesita un cambio en las reglas del mercado eléctrico mayorista y contar con subastas de energía de generación inframarginal”, dijo Cascajero.
Del mismo modo, se aplaude el acuerdo alcanzado recientemente en la Unión Europea sobre el Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM), una de las reivindicaciones históricas clave de la industria del cemento, tanto a nivel de mercado, porque garantizará un tratamiento equilibrado de las importaciones en todos los países miembros, como a nivel de garantía y seguridad jurídica, ya que fomentará las inversiones para favorecer el cumplimiento de los objetivos de descarbonización.
“No obstante, vigilaremos de cerca el cumplimiento real del CBAM, la evolución de su efectividad y sus posteriores revisiones, ya que mientras no se adecúen correctamente y con rapidez estos mecanismos en cada fase, la pérdida de competitividad seguirá ampliándose impidiendo una descarbonización real de nuestra economía”, finalizó el presidente de Oficemen.