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El balance ambiental de la fábrica de Cementos Molins en 2019 se cierra con unos valores mejores a los que exige la Normativa

Un año más, la fábrica de Cementos Molins Industrial ha cerrado ejercicio con un comportamiento ambiental que ha cumplido, con creces y holgura, la legislación aplicable y la propia Autorización Ambiental Integrada (AAI). Todas las emisiones registradas de los compuestos químicos del horno han quedado muy por debajo de los límites establecidos, hasta el punto de que 6 de los 7 componentes medidos ni siquiera han llegado al 15% de los niveles máximos permitidos.

Capítulo especial merece los resultados ambientales obtenidos mediante la valorización energética de residuos. Así, el hecho de que el 43% de la energía térmica se haya obtenido de combustibles alternativos ha comportado el ahorro de 50 mil toneladas de coque de petróleo, una cantidad equivalente al consumo energético anual de 72.000 hogares. Las 77.185 toneladas de residuos empleadas tienen, además, el beneficio de haber evitado un vertedero como destino, con los consiguientes problemas de contaminación que ello provoca.

La valorización energética de residuos ha significado también el ahorro de emisión a la atmósfera de casi 90 mil toneladas de CO2, una cifra similar a la que emiten durante un año 50.000 turismos. Por último, la valorización material ha permitido aprovechar casi cuatro mil toneladas como producto sustitutivo de materias primas, disminuyendo de esta manera el consumo de recursos naturales.

A lo largo de 2019 se han desarrollado una serie de actuaciones que mejoran la eficiencia ambiental de la planta de Sant Vicenç dels Horts. Por su importancia, destaca la reducción de las emisiones difusas de polvo mediante cambios en la gestión de algunos materiales de la fábrica y la puesta en marcha de un plan de actuación en instalaciones como los molinos de cemento. Durante el año 2019, la factoría pasó una inspección reglamentaria global, obteniendo la mejor de las calificaciones.

Es preciso añadir que, desde el mes de enero de 2020, la planta de CMI dispone de una nueva autorización ambiental, adaptada a las mejores técnicas disponibles del sector. Este permiso contempla nuevos requisitos ambientales más exigentes que la anterior, así como nuevos aspectos ambientales que hay que controlar, como los suelos y las aguas subterráneas. (ver pdf)

abril 2020

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