Cemex en España ha conseguido reducir sus emisiones de CO2 en 271.880 toneladas durante 2015. Este dato –el equivalente al que emitirían 18.000 vehículos circulando, cada uno de ellos, una media de 15.000 kilómetros al año– se dió a conocer el día 28 de enero, jornada elegida por Naciones Unidas para celebrar el Día Mundial por la reducción de las emisiones de CO2,, también conocido como Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre.
Reducir el impacto del negocio en el entorno es uno de los principales compromisos adquiridos por Cemex. Para ello, dispone de una política medioambiental orientada a generar una industria baja en carbono y un uso eficiente de los recursos. Los tres principales objetivos de Cemex para combatir el calentamiento global se centran en optimizar su huella de carbono -a través del uso de materias primas y combustibles alternativos- y la gestión ambiental, preservando la tierra, la biodiversidad y el agua, así como minimizar las emisiones a la atmósfera.
El cambio climático es uno de los retos globales más críticos de este siglo, cuya causa se encuentra principalmente en las actividades que realiza el hombre y que producen emisiones de CO2. Cemex, consciente de este hecho, se vuelca en aplicar las mejores tecnologías disponibles en el mercado y las mejores prácticas que permitan minimizar su contribución al calentamiento global.
Sin embargo, las particularidades del proceso de fabricación del cemento limitan la capacidad de reducción de CO2. Por ejemplo, se necesita una elevada temperatura –puede llegar hasta los 1450ºC– para que se desarrolle la reacción química que transforma la piedra caliza en clínker –ingrediente básico para la fabricación de cemento–.
Actualmente, el principal medio de reducir las emisiones de CO2 generadas durante la combustión es el uso de combustibles alternativos. La utilización como combustible de diferentes materiales cuyo destino es el vertedero –residuos sólidos urbanos o industriales, biomasas, lodos de depuradora, posos de café, aceites usados, etc– permite recuperar la energía que poseen al tiempo que se contribuye al ahorro de combustibles fósiles finitos y consecuentemente a la reducción de emisiones de CO2.
Además, el uso de materias primas alternativas procedentes de residuos de diferentes industrias –filler, cenizas volantes, escoria de altos hornos, puzolana, etc– contribuye a reducir el porcentaje de clínker por tonelada de cemento y, por lo tanto, al consumo de energía con su consiguiente ahorro de CO2.
Durante el pasado ejercicio, la media nacional de sustitución de combustibles fósiles por alternativos en Cemex ha sido de 38%, y gracias a esta iniciativa, ha reducido la emisión de CO2 en 271.880 toneladas a lo largo del 2015.