Cemex, junto con la constructora catalana Grupo Copisa, acaban de finalizar el primer tramo del puente, que formará parte del nuevo vial que unirá el puerto con el aeropuerto de Barcelona. Entre las características más singulares de esta importante infraestructura destaca la construcción de un viaducto, que cruzará el río Llobregat y, que por su diseño y tamaño, requirió materiales concebidos específicamente para su ejecución.
Los tres pilares de la nueva infraestructura demandaban un hormigón de alta resistencia que sostuviera un vial de 300 metros de longitud y 30 metros de anchura, con una densidad capaz de introducirse y distribuirse de forma fácil y correcta entre las intrincadas varillas de la armadura, que fuera autocompactante, ante la imposibilidad de vibrado, y que tuviera un tiempo abierto de dos horas, es decir que ese hormigón se pudiera trabajar durante ese tiempo manteniendo todas sus propiedades.
La combinación de todas las exigencias anteriores representó un reto para Cemex, viéndose finalmente materializado en el HAC 75, un hormigón que aúna todas las características mencionadas y que se resume en un material constructivo autocompactante, de alta resistencia y un dilatado periodo de uso sin perder ninguna de sus características originales. Para su elaboración, el laboratorio de la compañía cementera empleó tecnología y materiales propios (cemento tipo CEM I 52,5, áridos seleccionados y una mezcla adecuada de aditivos de última generación). La obtención de este hormigón pone de manifiesto la capacidad de la empresa mexicana de suministrar al cliente materiales de construcción a la medida de sus necesidades.