Cementos Tudela Veguín prepara la puesta en marcha de un ambicioso plan de descarbonización para garantizar el futuro de sus fábricas en Asturias y León. La hoja de ruta de la centenaria compañía del Grupo Masaveu incluye una primera fase para reducir las emisiones de combustión de sus fábricas con medidas de eficiencia y uso de biomasa e hidrógeno verde que supondrá una inversión de 62,5 millones, y una segunda fase para capturar y almacenar los gases de proceso. La inversión de esta segunda fase, mucho más voluminosa, aún está sin cuantificar, pero la compañía ya trabaja en ella junto con diferentes institutos de investigación.
Cementos Tudela Veguín espera contar con ayudas públicas para poner en marcha su plan verde. Optará a los fondos europeos del PERTE (proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica) de descarbonización industrial y aspirará al Fondo de Transición Justa, programa europeo para los territorios más afectados por la descarbonización.
Según datos de Cementos Tudela Veguín, sus plantas asturianas de Aboño (Carreño), Tudela Veguín (Oviedo) y Caleras de San Cucao (Llanera), y la leonesa de La Robla emitieron el pasado año 1.666.914 toneladas de CO2 a la atmósfera. De ese total, 545.602 toneladas son emisiones de combustión y 1.121.312 son emisiones de proceso de descarbonatación de la caliza, lo que equivale al 67%. «En nuestro caso la descarbonización es más compleja. Con un cambio de combustible podemos reducir las emisiones de combustión, pero no las del proceso, que son la mayoría. Por ello, donde para otros sectores acaba el camino de la descarbonización, para nosotros comienza otro», explicó Eduardo Terán, del Departamento de Energía y Medio Ambiente de Cementos Tudela Veguín, durante un jornada técnica organizada por la Universidad de Oviedo en la Escuela de Minas. Para abordar ese camino de decarbonización, la compañía tiene una hoja de ruta con dos fases.
Cementos Tudela Veguín pretende poner en marcha una primera fase del plan de descarbonización en el momento en el que disponga de fondos europeos para impulsarla. Supondrá una inversión de 62,5 millones de euros, de los cuales 36 millones se invertirán en la fábrica de Aboño, 14,5 millones en la de Tudela Veguín, 9 millones en la de La Robla y 3 millones en Caleras de San Cucao. Esta fase incluye varias actuaciones: una reducción del consumo energético para recortar las emisiones, el uso de combustibles alternativos frente a los fósiles; y el uso de hidrógeno verde. En este sentido, Cementos Tudela de Veguín tiene preacuerdos con EDP para abastecer de hidrógeno verde a las fábricas de cemento de Aboño y Tudela Veguín desde las futuras plantas de producción de hidrógeno que la multinacional portuguesa proyecta en las actuales centrales térmicas de Aboño y Soto de Ribera. Además, a las puertas de la fábrica cementera de La Robla, en los terrenos de la antigua central térmica de la localidad leonesa, Naturgy y Enagás Renovables también prevén la construcción de una planta de generación de hidrógeno verde.
En una segunda fase del plan de descarbonización, Cementos Tudela Veguín pretende llevar a cabo la captura de las emisiones del CO2 del proceso de fabricación. «Supondrá grandes inversiones y un gran reto técnico y logístico», destacó Eduardo Terán. De momento la inversión está sin cuantificar, pero la compañía está avanzando en la búsqueda de soluciones para almacenar el gas que capture en sus instalaciones industriales. Terán apuntó que, junto con el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), se están estudiando las posibilidades de uso de un almacén subterráneo en la zona de Boñar (León) para el CO2 captura en La Robla y que en el caso de Aboño, el gas se llevaría por barco desde El Musel a almacenes situados en otros puntos donde se proyectan grandes depósitos.