Con el objetivo de recuperar y reciclar el CO2 obtenido durante el proceso de producción de clínker, la planta de Italcementi en Gargenville (Francia) ha comenzado a cultivar microalgas. Las microalgas pueden utilizarse para capturar CO2 desde la planta de cemento y la biomasa resultante se utilizará en la producción de combustible, convertido en biodiésel o bioplásticos.
Las microalgas de Gargenville son cultivadas en un “photobioreactor” con tubos de vidrio diseñados para lograr el equilibrio adecuado de luz y CO2. Este sofisticado sistema implementa la disolución de CO2 procedente de la chimenea (a través de una línea dedicada de muestreo) en un medio de cultivo rico en nutrientes. Cuanto más CO2 reciben las microalgas, más crecen. De hecho, todas las especies de plantas terrestres crecen con la fotosíntesis y, por lo tanto, su desarrollo requiere CO2 (natural o artificial), luz, agua y algunos nutrientres (sales minerales). Para optimizar el proceso biológico, los tubos de vidrio se encienden con luz artificial a una temperatura media de 25 grados.
La segunda etapa de este proyecto evaluará si el CO2 producido por la planta de cemento tendrá un impacto sobre el crecimiento de las microalgas y sobre la calidad de la biomasa producida.
En definitiva, las algas consumidoras de CO2 pueden ser cultivadas utilizando el calor residual de la planta de cemento, antes de ser utilizadas como combustible en los hornos. Además, se puede procesar la biomasa procedente de las algas de forma alternativa con otros biocombustibles de tercera generación o compuestos, como antioxidantes, lípidos y proteínas. Se espera que todas las actividades experimentales de este proyecto piloto finalicen en 2013.