El Departament de Medi Ambient i Habitatge de la Generalitat ha renovado la Autorización Ambiental Integrada (AAI) de la planta de Cemex en Alcanar para los próximos 8 años. El nuevo permiso fija las condiciones medioambientales exigibles para la explotación de la instalación y especifica, entre otros aspectos, los valores límite de emisión, el uso de combustibles alternativos (la compañía va a invertir en Alcanar más de 6 millones de euros para adaptar sus instalaciones a los nuevos combustibles) y la obligatoriedad de instalar nuevos analizadores y estaciones para medir la calidad del aire.
La AAI permite el uso de combustibles alternativos (biomasas, lodos, harinas y Enerfuel) que son más sostenibles que los tradicionales. Se establece un límite máximo de 120.000 toneladas de biomasa vegetal. En la actualidad el volumen utilizado de este residuo en la planta alcanza las 50.000 toneladas anuales. Las iniciativas que están llevando a cabo las distintas administraciones de la zona y empresas locales para la limpieza de bosques y procesamiento de estos materiales podrán permitir alcanzar acuerdos de suministro de biomasa procedente de los bosques cercanos.
El incremento del uso de combustibles alternativos permitirá a la cementera disminuir, de forma considerable, las emisiones de CO2, contribuyendo así a cumplir con los objetivos clave del Protocolo de Kioto. En la actualidad el porcentaje total de sustitución de combustibles alternativos en esta planta se sitúa alrededor del 26%. El objetivo es que en los próximos años se vaya incrementando, paulatinamente, hasta alcanzar en 2016 el 55%. Se trata de una meta ambiciosa, pero lejos todavía de los niveles máximos de sustitución de Europa que en la actualidad alcanzan el 80%.
Dos años de estudios
Antes de solicitar la renovación de la AAI, Cemex se ha asegurado de que el uso del Enerfuel (combustible derivado de la fracción resto de los Residuos Sólidos Urbanos) en sus procesos de producción no originará ningún riesgo sobre la población o alteraciones en el entorno vegetal, suelos o aire. Para ello, se han estado desarrollando unas pruebas, que han sido monitorizadas por la Universidad Rovira i Virgili, de forma voluntaria a instancias de la multinacional.
Esta institución ha medido el impacto medioambiental de la fabricación de clínker durante 2 años, usando tanto Enerfuel, como otros combustibles tradicionales. La investigación ha concluido que la sustitución de parte de los combustibles por Enerfuel no implica cambios significativos en los niveles de emisión con respecto al uso de los combustibles utilizados tradicionalmente.