La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) propone reforzar las infraestructuras verdes y fomentar la rehabilitación energética de edificios para adaptarnos al incremento de las temperaturas y frenar los efectos de otro tipo de fenómenos meteorológicos extremos -como sequías, inundaciones o incendios-, que en el futuro se sucederán con más frecuencia y severidad como consecuencia del cambio climático.
En la antesala del Día mundial del Medio Ambiente, que se celebra cada año el día 5 de junio, la patronal de la construcción pidió al Gobierno de España más acciones para combatir los efectos de los fenómenos meteorológicos adversos, ya que en su opinión las medidas puestas en marcha hasta la fecha han resultado insuficientes.
En concreto, CNC respalda el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que tiene como pilares la creación de entornos favorables, la apuesta por la vigilancia como salvaguardia, la aplicación de medidas de reducción de riesgo y la preparación y respuesta para luchar contra el cambio climático.
La patronal reclama más infraestructuras verdes que hagan de efecto ‘refrigerador’. Y explica que elementos tan básicos como los árboles en parques o jardines contribuyen a reducir las temperaturas y a aumentar la humedad al captar sus hojas el CO2 y emitir vapor de agua.
En este sentido, CNC considera que la apuesta por el sector del agua también debe ser una de las grandes prioridades para el Gobierno, y ve necesario alcanzar acuerdos para acelerar los trabajos de adaptación a esta situación climática y desarrollar la economía circular para minimizar la cantidad de agua utilizada.
La patronal explica que articular la recuperación con dicha apuesta permitiría obtener múltiples beneficios. Dentro de los medioambientales, destacarían el aumento de la resiliencia en los núcleos urbanos, lo que implica reducir el riesgo de inundaciones o incrementar la capacidad de gestión de sequías gracias al aumento de recursos y a la apuesta por la reutilización del agua.
En términos de empleo, se suma que el déficit actual de inversiones en el ciclo del agua generaría más de 43.000 puestos de trabajo anuales a tiempo completo, lo que permitiría a la construcción absorber parados de otros sectores más damnificados por la crisis económica como la hostelería o el turismo.