Mucho se está hablando últimamente de la “crisis del ladrillo”, motivada por un descenso de la edificación residencial en lo que llevamos de año. Sin embargo, estos datos que pueden parecer negativos, no son sino un ajuste de cifras históricas muy difíciles de mantener.
Durante los últimos diez años el sector de la construcción en España se ha caracterizado por unos altos niveles de crecimiento, tanto en edificación como en obra pública, y ha llegado a suponer más del 12% de nuestro PIB. Entre otros factores, este crecimiento ha venido motivado por el aumento de la inmigración, por el cambio de las estructuras familiares, con un aumento considerable de las familias monoparentales, y por el mantenimiento de las inversiones en segundas residencias, especialmente en las zonas de costa. Por su parte, las administraciones, tanto centrales como autonómicas, continúan con las inversiones en obra civil, debido a la necesidad de convergencia con los niveles de bienestar que existen actualmente en el resto de países de la Unión Europea. Y es que se registra un déficit en el mercado español en materia de inversiones históricas en infraestructuras frente a otros países de la UE, que ya las realizaron décadas atrás.
Nos encontramos ante una nueva etapa, un cambio de ciclo provocado por el crecimiento de carácter extraordinario de la edificación residencial en los últimos años. Sin embargo, este suave aterrizaje de la vivienda se verá amortiguado por una mayor inversión en obra pública.
Los Presupuestos Generales del Estado, aprobados a finales de octubre, contemplan una subida del 11,5% de la inversión destinada a obra pública. Esta partida es una de las que más crece con respecto a los presupuestos aprobados para 2007 ya que según ha afirmado el propio Gobierno, se trata de un instrumento básico para dinamizar la economía. Sería bueno, por otro lado, que la Administración potenciara la puesta en marcha de proyectos cofinanciados o financiados en su totalidad por el sector privado. Estas iniciativas, unidas al incremento presupuestario, ayudarían a amortiguar el ajuste de la edificación residencial y a posicionarnos a la altura de nuestros vecinos europeos en materia de infraestructuras.
Jean Martin-Saint-Léon
Presidente de Oficemen