Cementos Cosmos aprovechó la reciente visita realizada por la asociación de vecinos de Carracedelo, AVEMCA, a la planta de Toral de los Vados, para insistir en que el proyecto de valorización energética o, lo que es lo mismo, la utilización de combustibles derivados de residuos, nada tiene que ver con la incineración. Las características técnicas del horno de cemento lo convierten en la opción más apropiada para recuperar unos residuos que ya no pueden ser reutilizados ni reciclados y que acaban tirados a los vertederos, con el impacto ambiental que eso supone. Asimismo, se da la circunstancia de que durante el proceso de fabricación del cemento son necesarias unas materias primas minerales que algunos residuos pueden suplir.
De ese modo, cuando se utilizan combustibles derivados de residuos, la parte orgánica de dicho material es la que aporta el poder calorífico y se destruye completamente durante la combustión, mientras que la parte mineral se aprovecha como materia prima. Esto significa que no sólo no se producen cenizas ni residuos de ningún tipo durante este proceso sino que además se esta gestionando adecuadamente desde un punto de vista medioambiental un residuo destinado a vertedero, con el consiguiente ahorro de un combustible fósil y finito, y se está disminuyendo la utilización de minerales que tendrían que ser extraídos de la canteras próximas a la planta. El beneficio por tanto es múltiple: gestión apropiada y segura de un residuo, ahorro de combustibles fósiles y materias primas minerales así como menores emisiones globales de CO2 a la atmósfera.
Para los directivos de la empresa cementera “es muy habitual que la sociedad se posicione en contra de proyectos industriales, que por su magnitud tienen un gran impacto visual pero a nadie le preocupa lo que representan los vertederos, que en muchos casos además son ilegales. Todo el mundo asume con naturalidad esos espacios llenos de basura con sus emisiones incontroladas a la atmósfera y sus filtraciones a los suelos, con los que han convivido desde siempre. Sin embargo, continúan indicando, “un proyecto industrial, como una cementera, que cuenta con la normativa medioambiental más restrictiva del mundo, la europea, y con las mejores tecnologías disponibles en su proceso de producción, en determinados momentos se pone en tela de juicio con mensajes alarmistas”.
Con todo, desde la compañía volvieron a subrayar, una vez más, que su actividad empresarial es y seguirá siendo la fabricación de cemento y en ningún caso se plantea la valorización de residuos, nunca la incineración, como una forma de lucrarse. La práctica totalidad de las cementeras españolas, siguiendo el ejemplo de sus homónimas europeas, que tienen una experiencia contrastada técnica y científicamente de más de 30 años, recurren a la valorización energética como una estrategia de ahorro y eficiencia energética.