El pasado 3 de diciembre se presentó la Agenda sectorial de la industria cementera. El documento, elaborado en colaboración con el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, define 10 medidas para reactivar el sector cementero español y recuperar en 2022 un nivel de producción anual estable de 30 millones de toneladas de cemento, lo que en la práctica supone alcanzar 24,5 millones de toneladas de consumo doméstico, duplicando los niveles actuales y manteniendo el liderazgo exportador europeo con 5,5 millones de toneladas, al tiempo que se reduce el gasto público y se contribuye al desarrollo de la economía circular.
La inauguración del acto corrió a cargo de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto. En su intervención, la ministra destacó que “el sector del cemento es estratégico por su importancia en la construcción de infraestructuras, por su capacidad exportadora, su implicación en las soluciones ambientales y su arraigo en las comunidades locales en las que ofrece empleo de calidad”.
“Los ejes prioritarios de actuación son la dinamización de la demanda, el aumento de la competitividad, la inclusión del sector entre los potenciales beneficiarios de la compensación de costes indirectos de CO2, y la consecución de costes energéticos competitivos”, añadió la ministra.
Finalmente, Reyes Maroto incidió en que “las Agendas Sectoriales reflejan muy bien la apuesta decidida de este Gobierno por la industria, porque desempeña un papel fundamental para la creación de valor añadido, genera empleos con mejores salarios y condiciones laborales, presenta un importante nivel de inversión en innovación y una elevada intensidad exportadora”.
Durante el acto de presentación de la Agenda, el vicepresidente de Oficemen, Isidoro Miranda, fue el encargado de realizar un análisis de la situación de la industria cementera, incidiendo también en que, para el desarrollo de las medidas presentadas, resulta fundamental la colaboración entre las entidades asociativas ligadas al sector cementero, administraciones públicas involucradas, agentes sociales, centros de investigación, etc.
A continuación, Antonio Baena, director de G-advisory -consultora del Grupo Garrigues que ha colaborado en la elaboración de la agenda- detalló los aspectos técnicos utilizados para respaldar las principales medidas propuestas y los impactos que se alcanzarán.
La Agenda del sector cementero español recoge un decálogo de propuestas, implementables desde esta industria, diseñadas para alcanzar una serie de objetivos en los planos económico, ambiental y social, cuyo objetivo último es generar valor para la sociedad a través de la recuperación sostenible de la competitividad de la economía española, desde una óptica compatible con la reducción del gasto público en el medio-largo plazo.
Todas ellas se traducen en datos cuantificables como el incremento en casi 1.400 millones de euros anuales del valor añadido bruto del sector industrial español; el ahorro en el gasto público de mantenimiento de carreteras y vías férreas de 43 millones de euros anuales -gracias a los menores costes de mantenimiento y conservación de viales construidos o rehabilitados con hormigón-; la valorización de 4 millones de toneladas de residuos en sustitución de combustibles fósiles y materias primas no renovables, y la creación de empleo.
Las aportaciones en el ámbito de la economía circular son aún mayores, ya que la eficiencia energética del tráfico rodado en viales con firme de hormigón permite ahorros anuales de combustible por valor de 39 millones de euros de gasto y evita más de 82.000 toneladas de emisiones de CO2, que se sumarían a los dos millones de toneladas de CO2 que también se evitaría emitir si se prima la valorización energética en la fabricación de clínker como hacen otros países europeos de nuestro entorno.
Otras medidas constructivas aplicables desde el sector cementero y beneficiosas para el conjunto de la sociedad, serían la incentivación del uso del hormigón en entornos urbanos, un material que, gracias a su inercia térmica, permite mitigar el efecto “isla de calor” al tiempo que su uso en envolventes de edificios reduce los costes de climatización interna de las viviendas. La agenda reserva también una de sus medidas a la gestión eficaz y eficiente del agua en España, de vital importancia debido a su escasez en buena parte de la península y al papel imprescindible que juega en sectores de actividad como la agricultura o el turismo.
En el ámbito de la competitividad exterior, la agenda sectorial postula la reducción de costes de producción, lo que permitiría el incremento de la competitividad en los mercados exteriores, no solo del sector cementero, sino de la industria y la economía española en general. En este sentido, propone, entre otras acciones, la implementación de medidas compensatorias a la industria electrointensiva, siguiendo el modelo UE, que, junto a la congelación y reducción de los costes regulados y el fomento de la competencia en los mercados de electricidad y gas, permitirían una disminución de los costes energéticos, lo que redundaría en una mejora de los costes de producción, elemento fundamental para mejorar la competitividad en los mercados internacionales.
Otra de las claves fundamentales de la agenda sectorial pasa por potenciar la I+D+i a través de la agenda digital Cemento 4.0. Una evolución en el modelo de negocio, coordinando, conectando y optimizando la relación de todos los actores que componen su ecosistema industrial, y en el que en el que el cliente se sitúa decididamente como eje central de la cadena de valor. Cemento 4.0 aporta además nuevos productos al mercado con soluciones ad hoc para cada tipo de obra.